Hay que estar siempre ebrio. Eso es todo: la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del tiempo quebrando la espalda y doblándonos hacia la tierra, hay que emborracharse sin tregua. ¿Pero con qué? Con vino, poesía, o virtud, como gustéis. pero emborráchense. Y si alguna vez, en las escalinatas de un palacio, sobre la hierba verde de un parque, en la taciturna soledad del cuarto, despiertan ya disminuida o desaparecida la borrachera, pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a lo que gime y rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregunten qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, responderán: "¡Es la hora de emborracharse! ¡Para no ser esclavos mártires del tiempo, emborráchense, emborráchense sin cesar! Con vino, poesía o vitud, como gustéis". Del poeta Charles Baudelaire (1821-1867) de su bello libro póstumo "El spleen de París" o "Pequeños poemas en prosa" (1869). C
El Javi tenía esta peli y me gustó mucho, sobre todo porque la protagonista no tenía nada de convencional, eso fue lo que más hizo que enganchara con esta película. De seguro el libro es mejor, claro que si. Me pasó con Los puentes de Madyson, la peli todo el mundo la conoce, una vez encontré la novela en una cabaña de veraneo y la leí completa, pensaba en las imágenes del cine y me daba cuenta de los cambios en el libro, no sé cual de los dos me gustó más, aunque prefiero primero leer el libro. en fin...cosas del fútbol, creo.
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