Karate kid

Vi "Karate kid" (1984) de John G. Avildsen. 
El otro día unos amigos me invitaron a participar en un programa transmitido online llamado DEPTO S/N. , me invitaron a mi propia casa porque la idea es ir cambiando de lugar, por eso el nombre. Grabamos el capítulo #6, de hecho si entran a su fanpage pueden hallarlo, y nos dedicamos a ver Karate Kid, proyectada sobre nuestras cabezas. Yo la había visto en la tele hace como 25-30 años, así que me acordaba lo esencial no más, el "encerar-pulir", la patá final de la grulla y la cara del Sr Miyagi. Resulta que mientras la veíamos, doblada al castellano, tomando chela y tirando la talla, dije que encontraba que era una película de mierda. Pero al otro día me avergoncé de juzgarla sin haberla visto correctamente, de manera continua, en el idioma original, con atención, como me gusta ver las películas. Así que tuve que volver a verla como una película se lo merece.
Así que ahora si puedo opinar con conocimiento de causa. Para quienes nunca la vieron, que me imagino son los más jóvenes, porque para mi generación es un ultraclásico, trata de un adolescente que se va a vivir a California con su mamá (del papá pico idea), por su nombre suponemos es de origen italiano, Daniel Larusso, como juegan a la pelota y por los apellidos y pinta latina de algunos vecinos se cacha que pertenece a barrios de migrantes que andan con las lucas justas. Entonces aparecen los rubios con plata que le sacan la chucha a cada rato porque además se mete con Ali, la ex polola del líder de los rubios (Elizabeth Shue super joven y bastante ricarda a pesar de toda la horrible moda ochentera). Larusso quiere puro vengarse y se manda algunos pastelazos, porque el weón es bastante pastel y a ratos desagradable, es ahí donde aparece el recordado Sr Miyagi que le termina enseñando karate con filosofía Kungfu Panda, se hacen amigos y todo termina en un torneo oficial de karate donde se enfrenta el rubio líder, Johnny, y el pastel, ya menos pastel, de Larusso. Y obviamente se agarra a María Joaquina.

Como ven es todo predecible y está lleno de estereotipos, además con cierta similitud a la historia de Rocky (es el mismo director). Debo decir que la película no es una mierda como dije en el programa, se mantiene con cierta dignidad en sus dos horas, y es la amistad entre Miyagi y el pastel de Larusso, una clara relación de adopción padre-hijo, lo que va conquistando un poco. Es una película hecha para el público adolescente, por eso uno rayaba tanto y daban ganas de entrenar hasta agarrarse a las rubias y pegar patás voladoras, pero siendo honestos no es una gran película, la nostalgia siempre nubla el criterio. Es mediocre,el montaje, la ropa, todo es tan ochentero que me supera, la música es como el hoyo (discúlpenme los amantes de los 80s, pero es como el hoyo) y el casting, es bien penca, salvo por Pat Morita y Elisabeth Shue, los weones ni saben karate. El pastel de Larusso es un pendejo pedante, al borde de ser aweonao y Ali es mucha carne pa tan poco gato.
Sin dobles lecturas la película propone la filosofía de "con esfuerzo todo lo puedes lograr", cosa que me parece una falacia, en Chile, en USA y en cualquier lugar del mundo donde los derechos y accesos no son igualitarios. Pero a la vez pa' no dejar tan mal a la película, también propone con las enseñanzas de Miyagi que más que la venganza lo importante es la superación personal y un crecimiento interior.
A esta película le fue tan bien que Morita fue nominado a un Oscar y hubo secuelas hasta la IV + el remake con Jackie Chan con el hijo de Will Smith. Hasta una serie animada, sin contar el impacto de que todos los adolescentes queríamos aprender karate y tener un maestro que hiciera bonsai y te regalara un auto.
Este es entonces mi acto de justicia con la película debido a mi performance del otro día, sólo la recomendaría a quienes les interesen los clásicos de los '80s como cultura popular.


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