HOTEL KING (GENET)


II

El Hotel King.
Está oscuro.
No se ve tu cuerpo.
Los muros se cuartearon.
La humedad del cielo raso desciende
hasta nuestros cuerpos
ovillados.
Está oscuro.
Sólo permanece el cemento de antaño,
oscuro.
Y entre las fisuras del cemento oscuro,
la tierra húmeda, aún más oxscura.
Herrumbres de locomotora viejas pueblan el hall,
la plaza, las calles circundantes. Está
muy oscuro.
Sólo nos queda la humedad de antes,
la estéril cortina de la lluvia de siempre.
Entre la sombra,
no sabemos bien desde dónde,
un grito y otro grito no interrumpen el silencio,
lo confirman,
lo pueblan,
como las estrellas a la noche.
Las locomotoras muertas se han
sedimentado con los muros del Hotel King.
En los fogones húmedos nos apiñamos como primates
transformando la gris humedad
en el calor orgánico de la tribu.
La luna aparece como el faro de un tren en la
memoria de lo perdido.
Entre las plateadas montañas de desechos,
una puta impúber buscará jeringas usadas,
restos resecos de neoprén.
Estaba oscuro
en la pieza número 17
aún llamada la pieza de los sueños.
Entre las sombras,
un grito y otro grito no interrumpen el silencio,
lo confirman,
lo pueblan,
como nuestros cuerpos a la muerte.

- Del libro "Zonas de peligro" del poeta chileno Tomás Harris -


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