Libres
Anduvimos hasta el parque, nos sentamos en un banco y nos repartimos su botín: una barra de pan duro y una lechuga. Me pidió que quitara las primeras hojas a la lechuga mientras él partía el pan por la mitad. Parte del corazón de la lechuga seguía crujiente.
- Hay agua en las hojas de lechuga - dijo -. El pan te quitará el hambre.
Pusimos las mejores hojas encima del pan y comimos con gusto.
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