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Mostrando entradas de julio 22, 2012

La cueca según Gabriela

LA CUECA Cuando septiembre nos devuelve los días buenos y en las lonjas de viña o de trigo, la vendimia o la trilla, se quiebra el invierno, la cueca comienza a hervir en nosotros como un mosto; la cueca va y viene en la luz de los valles lo mismo que las lanzaderas que corren a lo ancho del telar. Hombres de remo y de azada y mujeres de cunas y podas, todos ellos carne batida de tirsos, abren sobre la era grande o en el patio de la casa la cueca que es la pelea de dos temas y de dos expresiones. El canto y el baile suben y bajan de la violencia a la melancolía; el frenesí se rompe en la ternura y a lo largo de las estrofas ninguno acabará ganando. Limos del Llano Central, costras de la pampa o playas nuestras, todo eso ha saltado y gemido como un tambor loco de los talones bailadores, toda tierra chilena ha clamoreado de un taconeo febril, que se parece al de los pisadores del lagar. La cueca tiene doble entraña y doble índole porque la bailan hombre y mujer, y a los dos, a varón y a