Rabia en la garganta, belleza en el eco

 La flor (2016, Mariano Llinás) Una película fuera de lo común, y no sólo por su extensión superior a las 13 horas, sino que también por una propuesta narrativa que extrema lo que el director argentino ya había ido experimentando anteriormente. "La Flor" como lo explica el mismo Llinás al inicio de la película, y luego complementa a medida que avanza el metraje, son seis historias. Las primeras cuatro comienzan, pero no están terminadas, la siguiente es una historia que comienza y termina, la última termina sin haber comenzado. La gráfica de esta estructura narrativa es como una flor, según él. Hay cuatro actrices que aparecen en casi todas las historias interpretando diversos papeles, ese sería el pie forzado para una producción que tardó cerca de nueve años en su realización. En resumen puedo decir que es un bello despropósito. Llinás maneja la narración de tal manera que uno olvida lo ambicioso del proyecto. Como ocurre también con los discos dobles o novelas mastodónticas

Cuentan los hombres que hace años hubo un crimen en el Paraíso: algo así como un robo de manzanas. Los culpables se enfermaron de la fruta mal habida y fueron asistidos por los gusanos que moran en las manzanas y la tierra fue de los gusanos. - del poeta chileno Armando Uribe -

 El suicidio no fue un acto de desesperación ni de romanticismo, Allende era pragmático. Creo que fue un acto político largamente pensado, un acto realista en un momento extremo. Él trató de hacer lo imposible, defender el poder legítimo hasta el final; no doblegarse. Los militares tomaron el palacio, pero no pudieron presentarlo ante la televisión como un prisionero humillado. En realidad se quedaron con las manos vacías, o peor aún, con el fantasma de un mártir flotando en el aire. Un mártir que hoy sigue estando en el centro de la memoria colectiva de la gente. - entrevista de Cecilia Ricciarelli a Patricio Guzmán que aparece en el libro "El cine documental según Patricio Guzmán" (2010) -

 Todo esto nos prueba que tenemos todavía una idea mui imperfecta de los primeros momentos del estado cadavérico i que no podemos precisar la línea que separa la vida de la muerte. Para el vulgo hai signos que demarcan bruscamente ambos estados; establecen entre ellos una violenta distinción; para el hombre de ciencia, "entre la muerte i la vida no hai con frecuencia, como dice Buffon, más que una transición tan débil que no se puede apercibir ni siquiera con todas las luces de la medicina y de la observación más atenta". Entre esos dos estados hai una situación transitoria, mista, crepuscular, en que la vida aún no concluye i la muerte aún no principia. - de "Los enterrados vivos. Estudio de medicina legal" de 1876 escrito por Orrego Luco. Este es el prólogo de la novela "Ella estuvo entre nosotros" de Belén Fernández Llanos -