Rabia en la garganta, belleza en el eco

Esta grabación realizada en 1963 por el sello London Records es parte de la bullada rama "Phase 4 stereo" donde se utilizaban consolas con muchos canales de grabación. El disco que tengo yo es una edición chilena de este registro donde se incluye la Obertura 1812 y la Suite Cascanueces, ambas composiciones de Tchaikovsky y ambas con The London Festival Orchestra conducida por Robert Sharples. Obertura 1812 de Pyotr Ilyich Tchaikovsky Overture in Eb major, Op. 49 Escrita en 1880 por encargo del zar Alejandro II para conmemorar la victoria rusa frente a Napoléon en 1812. Tchaikovsky tardó 6 semanas en componerla y relata musicalmente el enfrentamiento de ambas tropas en Moscú. La obra incluye cañonazos y además para la inauguración Tchaikovsky quiso agregar las campanas de la catedral de Cristo el Salvador que estaba terminando de construirse, pero la compleja logística hizo que no se pudiera interpretar de tal manera en su estreno en 1882 (entremedio se pitearo

Los hombres de la Tierra llegaron a Marte. Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, porque se sentían como los Peregrinos, o porque no se sentían como los Peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente. Abandonaban mujeres odiosas, trabajos odiosos o ciudades odiosas; venían para encontrar algo, dejar algo o conseguir algo; para desenterrar algo, enterrar algo o alejarse de algo. Venían con sueños ridículos, con sueños nobles o sin sueños. El dedo del gobierno señalaba desde letreros a cuatro colores, en innumerables ciudades: HAY TRABAJO PARA USTED EN EL CIELO. ¡VISITE MARTE! Y los hombres se lanzaban al espacio. Al principio sólo unos pocos, unas docenas, porque casi todos se sentían enfermos aun antes que el cohete dejara la Tierra. Y a esta enfermedad la llamaban la soledad, porque cuando uno ve que su casa se reduce hasta tener el tamaño de un puño, de una nuez, de una cabeza de alfiler, y luego desaparece detrás de una e

La situación es mala, muy mala. El pesimista dice: - Peor que esto es imposible. Y el optimista: - ¡Es posible! ¡Es posible! - Uno de los relatos de "El segundo círculo de los mentirosos" de Jean-Claude Carriére -