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Mostrando entradas de agosto 9, 2020

Preámbulo

Y porque quise saber quién era escribí y escribí todas estas palabras, estas orillas que no encierran a nadie. - Del libro "El hombre de papel y otros poemas" (1994) de Armando Roa Vial. Mosquito Editores -

La preocupación por el futuro

La preocupación por el futuro nos mató, nos sacudió todos los fósforos con los que nos prendíamos al viento mientras los otros no tenían nada y nos burlábamos, pequeña cabrona soberbia, pequeño cabrón soberbio, juntos éramos cosa seria, peligro hasta en la iglesia hasta en los baños públicos, hasta en las casas okupa, hasta en el metro, sucumbimos igual, nuestra clase le tiene miedo al futuro. Le pusimos cabeza y dinamitamos el amor, ¿habrá sido amor? o el color era demasiado o de tanto que nos gustaba la historia nos enamoramos de esta historia que el futuro lapidó cuando empezamos a urgirnos por tu economía y la mía. Murieron nuestras tradiciones esa de sacarnos la lengua a lo lejos esa de besarnos en cada semáforo en rojo en verde también porque éramos pillos astucia que no sirvió de nada tanto que nos gustaba la prensa y la misma prensa nos mató con esas noticias de futuro difícil. La preocupación por el futuro nos mató, pero fue una muerte lenta se la peleamos al Diario Financiero

Romance de barco y junco

El junco de la rivera y el doble junco del agua, en el país de un estanque donde el día se mojaba, donde volaban, inversas, palomas de inversas alas. El junco batido al viento -estrella de seda y plata- le daba la espalda al cielo y hacia el cielo se curvaba, como un dibujo salido de un biombo de puertas claras. El estanque era un océano para mi barco pirata: mi barco que por las tardes en un lucero se anclaba, mi barco de niño pobre que me trajeron por pascua y que hoy surca este romance con velas anaranjadas. Estrella de marineros, en junco al barco guiaba. El viento azul que venía dolorido de fragancias, besaba de lejanías mis manos y mis pestañas y era caricia redonda sobre las velas combadas. Al río del pueblo, un día, llevé mi barco pirata. lo dejé anclado en la orilla para hacerle una ensenada; mas lo llamó la corriente con su telégrafo de aguas y huyó pintando la tarde de letras anaranjadas. Dos lágrimas me trizaron las pupilas desoladas. en la cubierta del barco se fue, lloran

Oliver Kahn

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Antes de la final de la Copa del Mundo de 2002 recibió el Balón de Oro, destinado al mejor jugador del torneo. Inédito para un portero. El arco es traicionero y el gigantón Kahn lo comprobó. Su error en el primer tanto de Brasil que permitió el 1-0 de Ronaldo, fue clave. El "Fenómeno" completó su obra con el 2-0 definitivo. - Del libro "Cracks de los mundiales 1930-2010" de Danilo Díaz, María Paz Garafulic y Jennifer King -

Moulin Rouge!

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  "Moulin Rouge!" (2001, Baz Luhrman) Un musical atípico, sobrecargado, arriesgado en su desmesura, una historia de amor y desamor, la cultura pop rebasando el cliché de la tragedia amorosa retratada con burla y romanticismo a la vez. Amada y odiada en su momento, no estábamos tan preparados para tanto estímulo sensorial a inicios del milenio. Es 1900 en París. Christian (Ewan McGregor), un escritor bohemio, y la prostituta Satine (Nicole Kidman) se enamoran de manera fortuita  y apasionada. Debido a que ella tiene un trato de exclusividad con un millonario, El Duke (Richard Roxburgh), ocupan una obra de teatro como excusa para verse a escondidas. La realidad y la ficción de la obra se entrecruzan generando enredos. Aunque lo que hace llamativo y peculiar este trabajo es la gran cantidad de información y referentes principalmente musicales. Este relato posmoderno utiliza osadas reversiones de clásicos radiales que van desde Madonna a Nirvana, y debido a esta remezcla posee un