Rabia en la garganta, belleza en el eco

"Mapuchismos de flora y fauna son, por ejemplo, colihue, cuncuna, laucha, loco (el molusco), luma, pololo (el insecto) o quiltro. Relativos a la cultura mapuche, cultrún, ruca, rehue y machi, entre otros. Y para topónimos (nombre de lugares) tenemos Temuco, Talca, Teno, Rancagua y muchos otros, pero no es ni siquiera necesario salir de Santiago: Quilicura, Manquehue, Peñalolén, Ñuñoa, Pudahuel, Vitacura y Maipú, entre otros lugares, tienen nombre mapuche. Pero Sánchez destaca que los mapuchismos también se refieren a otras varias esferas de la vida cotidiana: cahuín (y sus derivados cahuinear y cahuinero), pichintún, pichiruche, trapicarse (atorarse, atragantarse), apercancarse (amohosarse), o a bien a partes del cuerpo o cuestiones relacionadas con él: guata, poto, tuto (o trutro), piñén, curiche, etc. Sin embargo, curiosamente, parece que en el léxico chileno moderno hay más vocabulario tomado del quechua que del mapudungun. Esto no tiene nada de raro si se piensa que los con

"Il Siciliano" (2017, Carolina Adriazola, José Luis Sepúlveda y Claudio Pizarro) Desde que apareció “El Pejesapo” (2007) que todas las obras de la dupla Adriazola-Sepúlveda han ido entregando una propuesta que mantienen difusos los límites entre el documental y la ficción y que cuestiona las formas de representación de la sociedad chilena dentro del actual espectro del cine nacional.  Juan Carlos Avatte, el empresario local más importante en el negocio de pelucas, es retratad o en su delirante reinado fiestero donde participan sicarios, prostitutas y una tropa de dobles de artistas de otra época, tales como Julio Iglesias, Sandro o Camilo Sesto. Il Siciliano, apodo proveniente de su ascendencia italiana, es una especie de Padrino a la chilena. Su dinero le da ciertas licencias, pues su megalomanía descansa en el poderío de su pequeño imperio. Un personaje que además se deleita con su participación frente a la cámara en un afán de inmortalidad.  Il Siciliano, como en

"Además, estaba completamente decidido a no tener nunca un trabajo. Pensaba que, por culpa del cansancio, me iba a resultar imposible haecr algo al regreso del trabajo. No quería verme de viejo pensando: "Puta madre, mi vida se acabó, ¿Qué hice con ella?". Mi determinación provenía de un recuerdo preciso que tenía de mi padre. Era cartero y le gustaba mucho lo que hacía. Una noche muy fría de invierno volvió del trabajo y, cuando mi madre le sirvió la cena, se quedó dormido. Estaba demasiado cansado para comer. Sin embargo, yo sabía que estaba muerto de hambre después de su largo día de trabajo. Yo era muy joven, debía tener nueve años, pero ese incidente me marcó. Pensé: "Nunca, nunca voy a estar en una situación así." - Brian Eno en entrevista a la revista "Los Inrockuptibles" (Mayo, 2001) -

Psycho (1960, Alfred Hitchcock) Siempre es difícil hablar de los clásicos, principalmente porque ya está todo dicho y se termina hablando de cualquier cosa menos de la película, les apuesto que igual me va a pasar eso mientras escribo. Es tercera vez que la veo: 1999, 2002, 2017. En esta última revisión, quizás con más objetividad, Psicosis sigue funcionando en muchos niveles. Una obra con casi 60 años y que sigue moderna, algunos dicen que en esta película está el quiebre en tre el cine clásico y el cine moderno. El mayor éxito de taquilla del maestro del suspenso. Una narrativa inusual, 2 películas en una, una protagonista que muere a la mitad del metraje o un protagonista que aparece a la miatd del metraje? Marion Crane (Janet Leigh) trabaja desde hace años de secretaria en una oficina y tiene un amante con el que ve poco futuro. Se presenta la oportunidad de robar mucho dinero y lo hace, sin pensarlo mucho. Huye por la carretera, la pilla la lluvia y la noche y decid

"Les triplettes de Belleville" (2003, Sylvain Chomet).  No la veía desde que llegó a Chile el 2004 y sigue siendo bien fascinante, una rareza que logró estrenarse en salas en Chile gracias a su nominación al Oscar como película animada que ese año perdió con "Buscando a Nemo". El niño Champion obsesionado por las bicicletas vive con su madre-abuela Madame Souza, con su ayuda se convierte en un joven ciclista hasta que en el Tour de Francia lo raptan para un turbio y demenc ial negocio de apuestas en un lugar que emula a USA. Madame Souza, siempre acompañada por el fiel perro Bruno, viaja decidida a salvarlo, es entonces cuando se encuentra con las Trillizas de Belleville, ya olvidadas y en la miseria material, pero siempre creando música. La peli tiene hartas gracias, partiendo por lo más obvio, la animación, rara, exagerada en las formas humanas, con colores cálidos y a la vez sombría. Lo otro es su narrativa donde prácticamente no existen diálogos, to