Rabia en la garganta, belleza en el eco

Vi la trilogía nueva de "El planeta de los simios": "Rise of the Planet of the Apes" (2011,Rupert Wyatt) - "Dawn of the Planet of the Apes" (2014, Matt Reeves) - "War for the Planet of the Apes" (2017,Matt Reeves). Primero decir que siempre me gustó la versión original "Planet of the Apes" (1968,Franklin J. Schaffner) que espero revisar, de hecho tb vi la primera de sus 4 secuela de aquella época. Así que este mundo dominado por monos me parecía ya atractivo por todo el universo creado ya a fines de los '60s. Y es la misma sensación de extrañeza que me provocaba uno de los viajes de Gulliver cuando llegaba a un lugar donde los caballos hablaban y eran quienes dominaban todo, considerando a los humanos como bestias. A pesar de que el juego es obvio: mostrar a la humanidad más estúpida de lo que se considera jugandoa ser Dios hasta acabar en un harakiri monumental. La forma con que se elabora esta trilogía merece todos mi

"Todos los rudimentos del cine pueden verse reflejados en un pequeño grupo de visionarios pioneros. Edwin S. Porter destaca entre todos ellos. Este hombre nacido en Pensilvania, tremendamente polifacético, está considerado como el primer cineasta que unió una serie de tomas individuales para formar una secuencia continua con acciones paralelas. En 1896 empezó a trabajar para la empresa que comercializaba el entonces nuevo Vitascope de Thomas A. Edison. Más tarde formó equipo con Edison en Nueva York, primero como maquinista, después como proyeccionista y, finalmente, como director. En 1903 unió unas secuencias de un coche de bomberos tirado por caballos saliendo con otras de unos bomberos rescatando a una mujer de una casa en llamas. El montaje de las imágenes del rescate, tomadas tanto en el interior como en el exterior de la casa, formó una película de seis minutos de duración que, por primera vez, crea la ilusión de continuidad. Tras "Vida de un bombero americano"

Vi "La larga noche de Francisco Sanctis" (2016, Francisco Márquez y Andrea Testa). Primer largometraje argentino de esta dupla, ambientado en tiempos de Dictadura, 1977. Francisco Sanctis, un hombre común, una especie de Juan Herrera argentino, padre de familia, con trabajo de oficina, interpretado de manera soberbia por Diego Velázquez, se reencuentra con una antigua compañera de Universidad que le entrega información confidencial, esto genera un giro en la pausada trama y u n dilema ético total en el protagonista al reencontrarse con su yo joven e idealista. El film transcurre entero dentro de Sanctis, el miedo, el coraje, la duda y el heroísmo. Un film totalmente humano, pues muestra como las circunstancias nos transforman, vislumbrando la nobleza donde al parecer sólo había desidia. No sé donde cresta la dan, la vi porque me invitaron a verla a la Cineteca nacional y nunca la había escuchado. Recomendada a quienes les interesa el cine social, ético y sudamericano

"Hay una gran parte de mi creatividad que yo no podría explicar, que desconozco. Igual que la música: las notas, reunidas en cierto orden, forman melodías. Uno no para de escuchar música para preguntarse "¿Por qué el fa menor está acá, después del mi bemol?" la música va pasando, uno la escucha sin intentar explicarla. Y además, cuando miro una de mis películas cinco años después, veo cosas de las que antes no tenía la menor idea, las siento de manera distinta. Otra razón para no tratar de buscar explicaciones es que una película es el resultado de un trabajo largo y difícil, reflexionado, pensado y sentido de manera muy intensa. Uno ahce miles de elecciones mientras filma una película. Finalmente, llega un día en que la película está terminada. Está terminada porque uno piensa que está bien así como está, que ya no necesita más modificaciones. Es una obra completa, cerrada, definitiva; no necesita ese párrafo extra que son las entrevistas. Todo está dicho y contenido e

"On the sunny side of the street" que Ted Lewis llevó a las listas de éxitos de Estados Unidos el 5 de abril de 1930, es una de las canciones más recordadas de la libretista y letrista Dorothy Fields, una de las primeras y mejores del aluvión de canciones alegres anti-Depresión de la década de 1930. En esos días era un cliché hablar de una mujer que se abría paso en un mundo de hombres, pero Fields (1905-1974) lo hizo realmente. El particular talento de Fields hacía que sus letras fueran a la vez sofisticadas y realistas, lo que daba un enfoque refrescante a clichés y a expresiones cotidianas. Frases como "I don't pop my cork for every guy I see", en la irreverente "Big spender". Fue la primera mujer en ganar un Oscar a la mejor canción por su colaboración con Jerome Kern en "The way you look tonight". Fields era también una avezada libretista, coautora en musicales de Broadway y siguió escribiendo letras para espectáculos durante las

"A menudo se califican las películas anteriores a 1906 como "cine de atracciones", término que describe una narración basada en un solo acontecimiento curioso, espectacular o destacable de algún modo: las muecas de un hombre que sufre de indigestión, un niño causando estragos en una panadería, la etérea apoteosis de un gran espectáculo. A simple vista, "La chrysalide et le paipillon" encaja a la perfección con esa última categoría: una escena de dos minutos, aparentemente rodada en una sola toma (en realidad, hay algunos trucos ópticos que requirieron montaje), en la que se contemplan cientos de visiones exóticas de un Oriente imaginativo visto con los ojos de un ilusionista de finales de siglo. La diferencia estriba en la sucesión de transformaciones que Mélies retrata en ese hermoso jardín oriental: un brahmán atrae a un enorme gusano con su flauta mágica y lo pone en un capullo, donde da vida a una preciosa mariposa. Embelesado con su belleza, el brahmán