Rabia en la garganta, belleza en el eco

Hijos, esto es un desastre, estamos arrasados. La mamá está cada día más enferma y ya no sabemos qué hacer. En la clínica nos siguen ofreciendo sesiones de quimio con drogas más fuertes, pero últimamente nos miran con menos esperanza. Yo estoy aterrado y eso que soy el papá, ni me imagino cómo estarán ustedes, cómo estarás tú que eres la más chica. Cuéntenme cómo están. Nos tenemos que mantener juntos y comunicados, no hay que guardar silencio. Si tienen preguntas, háganlas; si quieren llorar, lloren. Si alguien quiere empezar a despedirse, que se despida. El otro día íbamos en el auto y la mamá me pidió que me estacionara en la berma. Sabía que iba a decir algo terrible, pero ella insistió. Estoy destruido, necesito que todos sepamos bien qué está pasando. La mamá dijo que está cansada, sabe que se va a morir en poco tiempo más. Me dio algunas instrucciones, nos tomamos de la mano, lloramos un poco. Yo quiero que ustedes estén preparados y disfruten sus últimos meses. Me encantaría de

The father (2020, Florian Zeller) Basada en una obra de teatro y con un pequeño elenco muy bien aprovechado, esta película nos lleva a la mente de un anciano con alzheimer. Confusa y profundamente emotiva es de las buenas obras realizadas el 2020. Podemos nombrar un puñado de buenos trabajos cinematográficos  que tratan de alguna forma la enfermedad del alzheimer: "El hijo de la novia" (2001, Juan José Campanella), "Away from her" (2006, Sarah Polley), "Still Alice" (2014, Richard Glatzer y Wash Westmoreland) y "Amour" (2012, Michael Haneke), siendo esta última seguramente la mejor junto a The father. Anthony (Anthony Hopkins) vive solo y su hija Anne (Olivia Colman) trata de convencerlo en que se vaya a vivir con ellos, aunque esa idea prontamente es desbaratada ante el espectador al cambiar los actores y también los escenarios. Entramos en un laberinto donde vemos la confusión de Anthony y la impotencia de Anne, quizás lo único realmente concre

Hay hombres que nunca partirán y se les ve en los ojos, pues uno recuerda sus ojos muchos años después de que han partido. Pueden estar lejanos, pueden aparecer a medianoche  (si están muertos) y jugar a que viven. Pero siempre, con la desolación de su ausencia,  uno comprende que no han vivido en vano,  y que su esperanza es la única esperanza digna de ser vivida. Y los hombres que nunca partirán  suelen no aparecer en los periódicos,  no se habla de ellos en las radios,  su imagen no gesticula en la televisión:  no son gente importante,  no circulan entre las altas esferas.  Son aquellos  que aceptaron el sufrimiento  y lo hicieron suyo para la salvación de otros hombres sin decir una sola palabra:  pero dejaron abiertos, bien abiertos sus ojos para que nunca los olvidemos cuando ellos hayan partido. - poema de Miguel Arteche (foto) de "Destierros y tinieblas" (1999) que aparece en el libro compilatorio "Viven [periplo por los poetas de Chile]" (2002). Compilado

La pornografía es como un espejo en el que podemos mirarnos. A veces, lo que vemos no es muy bonito y nos puede hacer sentir bastante mal. Pero es una ocasión maravillosa para conocerse a sí mismo, para aproximarse a la verdad y aprender. La respuesta al porno malo no es la prohibición del porno, sino hacer mejores películas porno. - de "Hardcore from the heart" (2001) de Annie Sprinkle. Texto citado en "Teoría King Kong" (2006) de Virginie Despentes -