El Pacto de Adriana

El Pacto de Adriana (2017, Lissette Orozco)
El documental dentro de la historia del cine chileno ocupa un lugar importante, contundente. Es por eso que no es menor mencionar que el reciente "El Pacto de Adriana" se inscribe con letras mayúsculas en esta historia, principalmente porque cimenta el evidente recambio generacional con un punto de vista distinto frente a hechos muchas veces retratados como son las violaciones de derechos humanos durante la Dictadura conchesumadre del conchesumadre de Pinochet.
El documental comienza mostrando a Adriana como la tía favorita de Lissette (la directora), una tía que viaja cada cierto tiempo a visitar a su familia a Chile; el 2006 una joven Lissette está recién estudiando Cine, va a recibir a su tía al aeropuerto, pero esta es tomada detenida. Lissette empieza a grabar a su tía, para dejar registro de su versión, es así como año tras año va desarmando el retrato de su tía, quien resulta ser Adriana Rivas, ex agente de la DINA, ex secretaria de Manuel "Mamo" Contreras y antigua miembro de la Brigada Lautaro, la unidad de exterminio de la policía secreta de Pinochet.
El 2011 Adriana arranca a Australia, donde vive actualmente, y Lissette sigue entrevistándola por medio de Skype. El documental además de ir cambiando el tipo y calidad de registros, va mostrando, durante una década, el cambio que la misma Lissette va teniendo al enfrentar la historia de su tía. Por lo mismo lo que parte de manera tan inocente se vuelve demoledor para Lissette y para el espectador.
Ya planteada la duda sobre las "verdades y silencios" de Adriana se van agregando otras fuentes, como El Mocito, además de eventos que muestran como se vive desde distintos bandos (Pinochetistas y familiares de Detenidos Desaparecidos) el recuerdo al Golpe Militar y sus consecuencias. cabe destacar que no hay imágenes de archivos típicas sobre el Golpe. Salvo fotos familiares, todo lo visto ocurre en estos últimos años.
Lo realizado por "El Pacto de Adriana" es conmovedor, pero difícil de asimilar, no sólo por la sensación de impunidad, sino por hacer notar que cualquier persona que anda en la calle pudo estar involucrado como cómplice o torturador, porque existe aún ese pacto de silencio, ese resguardo de ex agentes Dina que hace sospechosa y absurda la espera sobre la extradición de Rivas a Chile.
Existe una ética de la autora que remece, pues aunque es lógico exigir justicia, no lo es tanto cuando esta cae sobre un ser querido.
Como mencioné anteriormente, este trabajo se suma a documentales como "El edificio de los chilenos" o el reciente "El color del camaleón" donde son los hijos de los protagonistas de la época dictatorial los que cuentan historias que nacen en el espacio íntimo y que se torna público e histórico.
Un documental que ojalá lo vea mucha gente, pues aunque siguen todos repitiendo como loro que el cine chileno habla de Dictadura, si vamos a las cifras, en los últimos años esto no es cierto (menos del 15%). Y hay mucho paño que cortar aún. Así que infórmese, indígnese y emociónese, sienta. El documental chileno tiene mucho que ofrecer y debiéramos ponernos al día con esto. Sin duda una película que abre debate.
Agrego el link de la web de la película donde hay una decena de capítulos que están fuera de la película, algunos bien impactantes como el del Homenaje a Pinochet.


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