Moulin Rouge!

 "Moulin Rouge!" (2001, Baz Luhrman)

Un musical atípico, sobrecargado, arriesgado en su desmesura, una historia de amor y desamor, la cultura pop rebasando el cliché de la tragedia amorosa retratada con burla y romanticismo a la vez. Amada y odiada en su momento, no estábamos tan preparados para tanto estímulo sensorial a inicios del milenio.

Es 1900 en París. Christian (Ewan McGregor), un escritor bohemio, y la prostituta Satine (Nicole Kidman) se enamoran de manera fortuita y apasionada. Debido a que ella tiene un trato de exclusividad con un millonario, El Duke (Richard Roxburgh), ocupan una obra de teatro como excusa para verse a escondidas. La realidad y la ficción de la obra se entrecruzan generando enredos. Aunque lo que hace llamativo y peculiar este trabajo es la gran cantidad de información y referentes principalmente musicales. Este relato posmoderno utiliza osadas reversiones de clásicos radiales que van desde Madonna a Nirvana, y debido a esta remezcla posee una frescura que para algunos será muy excitante, aunque para algunos puede llegar a la extenuación.

Nicole Kidman está increíble, su personaje atrevido y sensual va de a poco mostrando su lado más vulnerable. Todo lo relacionado al arte de la película ayuda al ambiente festivo, falso y espectacular. Una puesta en escena que evidencia el talento de Buhrman y un montaje bastante elogiable por el dinamismo que posee, a ratos es una especie de videoclip operático. Se ataca la simpleza de la trama, pero sin duda funciona en la lógica del musical donde son los sentimientos los que a la larga predominan. La pasión, la ternura y el dolor son amplificados justamente gracias a la hiperbole dramática. Si uno se entrega, la emoción que provoca vale todo el exceso. Un buen ejemplo es la conmovedora escena del tango de Roxanne, también uno de los mejores temas de una banda sonora curiosa y potente que tiene a Bowie, Christina Aguilera, Fatboy Slim, Beck, Bono, Massive Attack, Rufus Wainwright y las voces de Kidman y McGregor que cumplen interpretando otros clásicos de ayer y hoy.

Este trabajo sigue en mi Top 5 de musicales porque funciona técnica y emocionalmente. Una propuesta única que ni el mismo Luhrman pudo superar posteriormente. Un verdadero homenaje al espectáculo, a "el show debe continuar".

Y plantea la siguiente máxima: El amor puede ser más fuerte que los lujos y el dinero, pero nada puede hacer ante la muerte.