Serendipia lectora

"Me acaba de ocurrir un suceso irrelevante y a la vez extraordinario que relataré a continuación:
Como se habrán dado cuenta quienes ven últimamente mi facebook o siguen a El jardin del pulpo o me han pillado haciendo tiempo mientras llega mi turno en un banco o me vieron en un paradero esperando la micro o incluso arriba de la micro, actualmente leo el libro de cuentos "Diez" del escritor chileno Juan Emar. Además de aquel libro leo otros porque así tengo siempre uno a mano, es así como tengo siempre uno en el baño (ojalá de extractos cortos), otro al costado de mi cama (por lo general novelas), otro en el living (suele ser de poesía, pues así leo uno antes de partir a la pega en la mañana), más otro que llevo siempre en la mochila por si me pilla un imprevisto (en general de cuentos, o una novela (en esta casilla se encuentra actualmente el de Juan Emar)) y además leo uno en la Biblioteca de Ingeniería donde a veces me arranco unos minutos después de almuerzo. Además en casas de amigos/as lectores también voy leyendo sus libros (ellos no lo saben, en general lo hago cuando ellos están en el baño o salen a botar la basura). 
Resulta que actualmente mi libro de living es del poeta chileno Tomás Harris, es su primer libro, del año 1985, raro de encontrar, lo hallé el 2016 en la feria del libro usado de la Universidad Mayor. Su nombre es "Zonas de peligro" y pertenece a una precaria editorial LAR (Ediciones Literatura Americana Reunida, Cuaderno 6, Concepción). Resulta que el epígrafe de aquel libro me llamó la atención y de hecho lo publiqué en el jardín hace unos días, el asunto es que esta tarde mientras esperaba mi penúltima consulta en el dentista, luego de innumerables sesiones en que una muela que me dolía -hace 1 año y medio- fue extraída, luego tratamiento conducto, luego cacharon que tenía fisura en el hueso, onda en la mandíbula, así que me injertaron hueso en una operación y ahora estoy con un perno que me acompañó todo el verano y que fue escondido por la encía que creció ya que no había tenido tiempo de ir al dentista desde enero, es por eso también que luego de cortarme recién un pedazo de encía de más, estoy resentido en mi hogar escribiendo. Pero antes de escribir sucedió lo que me motivó a escribir, y es que leí el tercer cuento del libro de Emar: "El perro amaestrado" y aparecía hacia el final la frase citada en el libro de Harris. 
Tanta alharaca dirán ustedes, pero ¿A alguien le había pasado de estar leyendo a la vez, el libro de la cita y el libro citado? Bueno, a mí nunca me había pasado en mis más de 20 años de lector y me escandalicé por este azar. 
No sé si es el censo de mañana o el dolor de la encía, pero además es una anécdota muy Emariana, seguramente me está haciendo mal leerlo, pues me contagia en su divagar. En fin, eso era todo, pueden seguir con sus encubiertos deseos mientras vagan por la ciudad."

"...existe una clara relación entre la configuración de una ciudad y nuestros más encubiertos deseos."
- Juan Emar -

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