El brahmán y la mariposa

"A menudo se califican las películas anteriores a 1906 como "cine de atracciones", término que describe una narración basada en un solo acontecimiento curioso, espectacular o destacable de algún modo: las muecas de un hombre que sufre de indigestión, un niño causando estragos en una panadería, la etérea apoteosis de un gran espectáculo. A simple vista, "La chrysalide et le paipillon" encaja a la perfección con esa última categoría: una escena de dos minutos, aparentemente rodada en una sola toma (en realidad, hay algunos trucos ópticos que requirieron montaje), en la que se contemplan cientos de visiones exóticas de un Oriente imaginativo visto con los ojos de un ilusionista de finales de siglo. La diferencia estriba en la sucesión de transformaciones que Mélies retrata en ese hermoso jardín oriental: un brahmán atrae a un enorme gusano con su flauta mágica y lo pone en un capullo, donde da vida a una preciosa mariposa. Embelesado con su belleza, el brahmán la envuelve en una tela. La mariposa se convierte entonces en una deslumbrante princesa hindú a la que el hombre, impulsado por la euforia, le declara su amor.
Después de rechazarlo, la mujer le pone el pie en la cabeza y éste se transforma en un gusano muy parecido al que aparece al principio.
¡Eso si que es una "atracción" fatal! En poco más de cien segundos, Mélies nos cuenta la historia de amour fou más concisa, conmovedora y sarcástica de la temprana historia del cine."

- Extraído del texto de Paolo Cherchi usai que aparece en el libro "Momentos clave. 100 años de Cine" -



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