Nocturnal Animals

"Nocturnal Animals" (2016, Tom Ford)
Tom Ford ya había impresionado con su debut, la dolorosa "A single man" (2009). En su segunda película repite sus indagaciones sobre el dolor, nuevamente con una cuidada estética, una banda sonora realmente bellísima del polaco Abel Korzeniowski y una narrativa curiosa, cautivante y de ninguna forma gratuita.
Susan Morrow (Amy Adams) es una artista visual exitosa de clase acomodada, casada por conveniencia familiar con un homosexual. Sabemos desde un inicio que no es feliz en su vida y comenzamos a entender su disconformidad cuando llega a sus manos el borrador de la novela de su ex novio Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal) quien le pide opinión. El film entonces comienza a andar por tres caminos paralelos: el de la novela, la historia de amor y separación entre Susan y Edward, y finalmente el efecto de esos recuerdos y la novela en Susan, quien entiende sus errores y comprende el dolor ocasionado.
Esta obra es muy curiosa, porque la historia de la novela es muy violenta, terrible y llena de impotencia, contrasta así con la historia real de Susan, con su vida burguesa y aparentemente sin contratiempos. Por lo que la obra nos hace saltar de estados anímicos, dejando en claro que existe una alegoría en esa historia, una alegoría que como espectador nos cuesta descifrar completamente, pero que sabemos trata sobre el dolor y la impotencia.
La historia de la novela es interpretada también por Jake Gyllenhaal con una muy buena actuación, aunque la película se la roban Michael Shannon, como el policía que ayuda al caso, y Aaron Taylor-Johnson como el malo malo. Es este relato el que nos mantiene tensos e interesados durante el metraje, pero finalmente lo que estamos viendo es el efecto de esta historia en la historia. Así que además de todo lo que uno pueda elucubrar sobre el dolor de las pérdidas, existe también un relato consciente en reflexionar sobre el efecto de una obra sobre una persona. Nos sentimos angustiados como Susan al conocer la historia de la novela, pero ella está aún más involucrada que nosotros, su reacción e interpretación puede ser cercana, mas no igual a la de nosotros. Enfrentarse a una obra es una experiencia personalísima, intraspasable, pues cada uno tiene su historia.
Así que a pesar de los buenísimos trabajos de fotografía, arte, música, interpretación, guión y dirección. La conmoción provocada a mi persona no se las puedo convidar, sólo puedo recomendar lo que según mi parecer los pueda remecer.
Gran película.


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