Tres anuncios por un crimen

"Three Billboards Outside Ebbing, Missouri" (2017, Martin McDonagh)

No es fácil mezclar el drama y la comedia en una historia que en realidad tiene mucho de tragedia. Esta película, que llegó con el nombre de "Tres anuncios por un crimen", está al nivel de los mejores trabajos de los hermanos Coen, que son quienes más juegan en esta mixta vereda de estilos.
Mildred (Frances McDormand) decide poner 3 anuncios en la carretera donde encara a la policía de no haber hecho lo suficiente respecto al trágico asesinato de su hija. Este acto genera una batahola mediática que se devuelve en amenazas a la protagonista. Willoughby (Woody Harrelson) el jefe de policía es un hombre correcto, que hace lo que puede, en la medida de lo posible, pero tiene un problema personal mayor, esto produce el mayor giro en el relato. El otro personaje relevante es Dixon (Sam Rockwell), un policía tonto, racista, que personifica lo peor de USA y que es en gran parte del metraje el antagonista
Es una película pausada, con un tratamiento clásico, una especie de western contemporáneo, a lo Eastwood, con un gran trabajo en las interpretaciones. McDormand es un personaje complejo, que no se doblega ante nada, que cuando pareciera que se va a quebrar lanza una maldición a la humanidad; es sólo en la soledad de su lucha, frente a un antílope o sus recuerdos, cuando se asoman entremezcladas su ira y su escondida ternura, logrando ser comprendida incluso en sus actos más subversivos. No es menor el atrevimiento de lanzar molotovs a la policía en pantalla grande en un país temeroso de atentados.
La redención de Dixon es algo forzada en pro del guión, pero la actuación de Rockwell es muy humana en su estupidez.
El afán de justicia confundido con venganza mueve las ideas de estos seres, finalmente abandonados y marginales, porque viven en un pueblo marginal y abandonado, en tierra de nadie, lejos de los grandes discursos. El director de la atrevida "In bruges", pareciera que quisiera decirnos hacia el final del film, que la tranquilidad personal no está necesariamente en el castigo al culpable sino en mantener activa la conciencia de no abandonar las luchas, que el miedo y la rabia son el alimento del facismo, que los cambios de actitud son posibles, pero para esto se necesita justicia tanto en la institucionalidad como en los personales y pequeños actos.
De las mejores películas candidatas actualmente a los Premios Oscar. Es la humanidad de los personajes con todos sus errores a cuestas lo que mantiene en pie esta obra. 


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