Sicario
Sin duda uno de los directores a los cuales hay que ponerle ojo en estos últimos años es a Villeneuve, con una estética cuidada, historias que atrapan muy bien narradas, principalmente thrillers en universos tan distintos como puede ser el futuro cyborg, la tierra visitada por alienígenas, un pueblo tranquilo o, como en este caso, la frontera de México y USA y sus narcos.
Kate Macer (Emily Blunt) es una agente choriza del FBI a quien le piden ayudar en operativos contra los verdaderos gigantes narcos que provienen de México. Alejandro (Benicio del Toro) y Matt Graver (Josh Brolin) serán sus guías, quienes la tratarán con condescendencia.
De a poco nos vamos metiendo de lleno en un mundo lleno de violencia donde todos pueden ser eventuales asesinos y donde cuelgan sin pudor cadáveres desnudos, la atmósfera es cada vez más densa, y nos encontramos en el mismo lugar de Kate, no entendemos nada, sólo sabemos que hay operativos donde hay que salvar a alguien, cuidar a otro o matar antes que te maten.
La película no se cansa en explicar, las cosas suceden y todo es muy turbio, tampoco conocemos bien a los personajes, del Toro está notable, la bella fotografía (Roger Deakins) con esos espacios y cielos abiertos, nubosos, son bellos, pero anticipan la cagá que va a quedar.
Villeneuve pareciera que le gusta hacernos creer que nos está contando la historia de un personaje, pero en realidad siempre acabamos abriendo los ojos a una idea gigante, la protagonista sólo abre grietas para que podamos ver donde está el muro, un muro donde un ladrilo podría ser incluso Breaking bad entera. Finalmente quedamos con una sensación de que poco y nada sabemos, que no hay salvación, que el horror, la venganza y la codicia aplastan cualquier intención de bondad.
Una gran película que, como repito, nos hace notar la inexistencia de héroes en el infierno, pues los sistemas están corruptos desde el inicio y al espectador falta imaginación para combatir un monstruo sin cabeza.
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