The Man Who Wasn't There
Luego del éxito de películas que se volvieron de culto, "Fargo" (1996) y "The Big Lebowski" (1998). Los hermanos Coen crean esta especie de drama existencial con tintes de cine negro, en la vida absurda y trágica de un hombre común.
Ed Crane (Billy Bob Thornton) es un peluquero que sin mayor pasión acaba en ese oficio por asuntos familiares, pues el dueño de la peluquería del pueblo es su cuñado. Ed es silencioso y oímos sus pensamientos en off mientras contemplamos el lento pasar de su monótona vida. Da por hecho que su esposa (Frances McDormand) tiene un amorío con su jefe (James Gandolfini), pero parece no importarle. Todo cambia en la vida de Ed cuando llega un tipo de negocios (Jon Polito) a la peluquería y le dice que necesita un socio capitalista. Ed decide entonces chantajear de forma anónima al jefe de su esposa por el asunto de delatar que tiene un amante. De aquí en adelante, al igual que en Fargo, nada sale como Ed supone en un inicio.
Aparece también en uno de sus primeros trabajos importantes una joven Scarlett Johansson.
"El hombre que nunca estuvo", como se conoce acá, es catalogada como película de Neo-noir (o sea con características del cine negro, pero con temáticas y/o abientaciones modernas) debido a los crímenes que van ocurriendo y al ser exhibida con una bella fotografía en blanco y negro, gracias al ahora premiado Roger Deakins. Se utiliza música clásica que ayuda a la parsimonia del film. Estéticamente y narrativamente es una joya. Y la actuación de Thornton está genial en su sutileza.
La película muestra muy bien como la codicia y sobretodo el afán de abandonar una vida chata genera bolas de nieve donde el "emprendedor" es el único que corre riesgos y que suele irse al carajo con sus sueños. Y también expone retorcidamente como la justicia suele ir en un sendero distinto al de la verdad, aunque a veces, debido al caos reinante en nuestra humanidad, los caminos se cruzan y ahí ocurren los milagros, también llamadas coincidencias.
La había visto hace como 15 años, tenía muy buenos recuerdos, y ahora al revisarla se reconfirma mi admiración por una de las primeras películas que vi de los Coen y que se transformó en una de mis favoritas de la dupla.
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