Hell's Hinges

"Hell's Hinges" (1916, Charles Swickard)
Aquella ciudad "no era digna del suelo sobre el que se levantaba", era una ciudad impía. A ella llega un predicador (Jack Standing) con la intención de llevar la religión a sus habitantes, pero demuestra no estar a la altura de la tarea: en sólo unos días acaba borracho en brazos de una prostituta y después se convierte en un violento alcohólico. Como es habitual en sus películas, William S. Hart interpreta a un villano salvado por el amor de una mujer, en este caso la hermana del predicador (Clara Williams), a la que ayuda a llevar a cabo el trabajo que el pastor ha abandonado. Poco a poco se va formando una congregación y empiezan a levantar una iglesia, pero un día que Hart no está, una banda le pone una antorcha en la mano al predicador cuando éste está borracho y le hacen quemar la iglesia. Hay un tiroteo y el predicador acaba muerto.
Es entonces cuando llega el momento clave de la película. A su regreso, Hart encuentra la iglesia en llamas y a la mujer que ama, llorando junto al cuerpo de su hermano. Es la gota que colma el vaso. Como un "Schwarzenegger", Hart quema la ciudad entera. Hay una toma impresionante en la que le vemos saliendo tranquilamente de la ciudad, rodeado de llamas, humo y gente que corre despavorida para huir de su ira.
Todos los personajes de la historia son o héroes o villanos. Sólo el predicador y Hart experimentan cierto cambio, pero hay cierto equilibrio, pues a medida que uno se degrada, el otro se eleva. así pues, cuando Hart quema la ciudad, no sólo está vengando el asesinato del predicador en nombre de la mujer a la que ama, o el incendio de la iglesia en nombre de las buenas gentes que la levantaron, sino que está llevando a cabo algo parecido a una hazaña bíblica: un Apocalipsis con un solo jinete.

- Extraído del texto de Fernando Martin Peña que aparece en el libro "Momentos clave. 100 años de Cine" -


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