Les vampires

El quinto episodio de la misteriosa saga alterna escenas de gente que recobra la conciencia y de otros que la pierden. El ladrón Moréno (Herrmann), archienemigo de la banda de delincuentes los Vampiros, se traga lo que parece ser una píldora con la que va a suicidarse. El periodista Phillippe Guerande (Mathé), que ha sido golpeado por los Vampiros, despierta dentro de una cesta que está cayendo por una larga escalera. En una escena memorable, el Gran Vampiro (Aymé) e Irma Vep (Musidora) se hacen pasar por un barón y su sobrina para celebrar un baile de sociedad, en el que duermen con gas a decenas de millonarios y los despojan de sus joyas y de sus abultadas carteras.
La cámara de Feuillade recorre las manos de los invitados mientras tratan de escapar de la habitación cerrada a cal y canto. Los Vampiros, cuyas siluetas vemos dibujadas en los umbrales de las puertas; encabezados por Irma, con su ajustado traje negro, descienden sobre los aletargados invitados como lo hace el gas o los sueños.
Esta serie de películas francesas introdujo los personajes del supervillano y su sexy cómplice que se disfrazan y utilizan modernos aparatos contra las personas para las que éstos habían sido creados. Estas películas convirtieron la anarquía criminal y el terror en entretenimiento, algo que Feuillade elevó a la categoría de arte.
Los exteriores se rodaron en parajes de París que habían quedado vacíos tras la primera guerra mundial La idea de que los lugares y objetos que recoge la cámara cobren vida y puedan estar intentando decirnos algo se remonta a las sagas de Feuillade. "Las grandes realidades de este siglo deben buscarse en Los Vampiros. Más allá de la moda. Más allá del buen gusto", escribieron los surrealistas Louis aragon y André Breton.

- Extraído del texto de A.S. Hamrah que aparece en el libro "Momentos clave. 100 años de Cine" -


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