Intolerancia


Herido en su orgullo por la controversia provocada de "El nacimiento de una nación" de 1915, el director D.W. Griffith decidió enfrentarse a sus detractores. Había terminado ya un melodrama dirigido con un presupuesto modesto llamado "La madre y la ley", en el que un joven se enfrenta a la horca, acusado de un delito que no ha cometido. Inspirado por lo que él percibía como intolerancia en los críticos, Griffith escribió rápidamente otras tres historias sobre la Pasión de Cristo, la masacre de los hugonotes y la derrota de la antigua Babilonia a manos del persa Ciro el Grande.
Catorce meses y dos millones de dólares de la época posterior -veinte veces más de lo que había costado El nacimiento de una nación-, Griffith tenía una copia de ocho horas de duración en la que se entrelazaban cuatro historias con un efecto imaginativo y emocionante. Aunque la película acabó reduciéndose a tres horas o tres horas y media (existen varias versiones), se mantuvo al secuencia final, cuyo poder radica en el modo en que la esposa y el gobernador se reúnen en la escena de la ejecución, Cristo se acerca al Calvario, una muchacha se apresura a advertir a al ciudad de babilonia y los hugonotes caen derrotados. Como el propio Griffith describió, el montaje paralelo "se une en un poderoso río de expresión". Intolerancia fue un fracaso de taquilla: la complejidad de la película desconcertó al público. La aventura dejó al realizador al borde de la ruina y, aunque continuó trabajando de manera vigorosa y variada, su carrera no volvió a alcanzar cotas tan magistrales como las de Intolerancia.
- Extraído del texto de David Stratton que aparece en el libro "Momentos clave. 100 años de Cine" -


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