The man who laughs

"The man who laughs" (1928, Paul Leni)
"El hombre que ríe" es una de las grandes películas del período silente del Cine. Hecha por la Universal Studios, es conocida ahora principalmente por ser la inspiradora de la apariencia del personaje del Joker, el archienemigo de Batman. Por lo mismo muchos llegan a esta película con expectativas de misterio o terror, pero es principalmente un drama, basado en la novela del mismo nombre creada por Víctor Hugo.
Un castigo del rey déspota de Inglaterra a fines del siglo XVII consta en desfigurar el rostro de Gwynplaine, el pequeño hijo de un noble que le ha faltado el respeto, por diversas razones este niño salva a la pequeña Dea de morir congelada y ambos acaban trabajando en un circo ambulante, su sonrisa constante en su rostro es producto de aquel castigo. Ya crecidos la nina que resulta ser ciega se enammora de Gwynplaine quien es la sensación principal en las ferias de atracciones. Su show llega a oídos de la duquesa Josiana quien siente gran atracción por este personaje. De aquí el drama de amor se suma a la intriga por revelar que este "payaso" posee un origen noble.
La trama funciona perfecto en las casi dos horas de metraje, podría ser una especie de teleserie, también tiene semejanzas con El jorobado de Notredame, del mismo Víctor Hugo, pero hay dos elementos que finalmente hacen resaltar esta obra por sobre otras: La dirección del alemán Paul Leni, que realizó sus últimos trabajos en USA dejando huella expresionista en películas de terror de los Estudios Universal. Escenas de gran impacto visual mezclando misterio y sensualidad. Y por sobretodo la actuación del protagonista, interpretado por el famoso Conrad Veidt ("El gabinete del Dr Caligari" y "Casablanca") que de manera conmovedora utiliza sólo sus ojos para mostrar sus emociones mientras su cara sonríe rígidamente. Excelente y luminosa está también la bella Olga Baclanova (Freaks) como duquesa seductora.
Aunque la simpleza del mensaje "La belleza va por dentro" se ha visto innumerables veces, esta película resulta realmente novedosa en su apuesta estética, además de ser atrevida y crítica al proponer que la sonrisa no es sinónimo de felicidad, que no podemos relacionarnos desde la superficie, por eso es la ciega la única que realmente ve la sonrisa interna de Gwynplaine.
Muy recomendada, en mis Top20 de películas mudas.

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