Y de pronto el amanecer

"...y de pronto el amanecer" (2017, Silvio Caiozzi)
Comentaré la última peli de Caiozzi aunque no me gustó tanto, pero me parece siempre interesante comentar y discutir sobre el cine chileno y pensar en cómo y qué estamos diciéndonos desde este arte-negocio.
La historia está ambientada principalmente en Chiloé. Pancho Veloso (Julio Jung (cuando joven Mauricio Riveros)), escribe artículos y reportajes para revistas en Santiago, luego de 40 años viaja a su pueblo natal a, valga el cliché, enfrentarse con su pasado. Es así como muchas historias van confluyendo para que sepamos qué, cómo y por qué ocurrió lo que ocurrió.
Pancho se encuentra con Miguel (Sergio Hernández (cuando joven Diego Pizarro)), su amigo de infancia y juventud a quien hospeda en su casa. El otro personaje que ayuda a armar la historia es su otro amigo, Luciano (Arnaldo Berríos (cuando joven Pablo Schwarz)) que está con una pata en el cajón.
Con variados personajes se conforman las historias sobre inocencia infantil, amor romántico, luchas políticas, y de fraternidad en este mundo chilote que armó el director chileno quien comparte créditos de guión con el escritor Jaime Casas, creador de muchas de estas historias. Con una destacada partitura de Valentina Caiozzi, y correcta fotografía de Nelson Fuentes, aunque también sabemos que Caiozzi es un gran fotógrafo de Cine. En las interpretaciones destaca Sergio Hernández, Pablo Schwarz, Nelson Brodt y Diego Pizarro. La producción es punto aparte y supongo que era parte de la promoción porque encontré más artículos sobre la logística de la película que de la película misma.
Caiozzi se fue en la volá, admirable su ambiciosa apuesta por un tipo de cine de ficción que en Chile ya dejó de hacerse, novelesco, tremebundo, de cierta decadencia y producto de traumas, tal vez lo más cercano en este siglo es "La lección de pintura" (2011, Pablo Perelman). Es más, creo que lo que ocurrió en la literatura iba a pasar en el cine, pasar de Donoso a Bolaño, con esta película se cierra definitivamente el cine noventero hecho en Chile y quien mejor que Caiozzi para cerrarlo.
Las más de 3 horas no se hacen pesadas de ver, pero de todas formas se podría haber reducido el metraje, acá se cumple el refrán de "quien mucho abarca poco aprieta", tal vez no se arregla sacando escenas sino acortándolas. Me parece que la trama funciona, sobretodo hacia el final, donde hay escenas que podrían hasta emocionar. Pero lo que termina siendo perjudicial es la excesiva voz en off del relato, que poco suma y con textos que juegan a ser poéticos, pero que son irregulares, a ratos son pretenciosos y vulgares. Esta misma necesidad de tener que escuchar estas historias en la voz de Jung es la que alarga las escenas vanamente. Curioso considerando que en otras películas el director dejaba que la imagen hablara por sí sola.
De todas formas lo que mantiene en pie la película es que termina siendo una historia sobre los perdedores, los vencidos, los nadie. El film es un consciente brindis de aquella generación del fracaso, justo a tiempo para pedir disculpas, para arrepentirse, para perdonar, antes de volver a vivir lo poco que queda, y antes de un nuevo amanecer.


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