Se7en
"Se7en" (1995, David Fincher)
Una película oscura, densa, maldita. Seven se ubica en un gran sitial dentro de la historia de los thrillers.
7 pecados, 7 culpables. Un sicópata (Kevin Spacey)de escabroso talento tiene de cabeza a los detectives Somerset (Morgan Freeman) que está en su último caso antes de retirarse y de Mills (Brad Pitt), el recién llegado.
El guión es soberbio, no sólo en la trama, sino que en el duelo intelectual que propone entre el sicópata y Somerset, devastador además al decidir al ganador. Fincher por su parte dota de precisión la narración, con mano firme nos entrega impactantes imágenes, necesarias para ir entendiendo la mente del asesino y dejarnos pegado al asiento ansiando saber el desenlace. La edición otorga un ritmo trepidante a la acción sin la necesidad de tener 50 planos por minuto.
Pitt y sobretodo Freeman están sólidos, con una muy buena dinámica, una dupla con la que se podría haber hecho una serie de 100 capítulos.
La veo luego de 18 años y ha envejecido perfecta, la hallo impecable. Fincher se instala desde aquí como uno de los más interesantes directores norteamericanos de su generación, provocador, inteligente, trabajando en pro de la obra. Espero algún día extenderme con su filmografía, pero a modo de resumen, siempre podemos encontrar un cuestionamiento al estilo de vida que llevamos, acá son las palabras del asesino John Doe las que rebotan en Mills y en el espectador. ¿Qué hacer cuando se normalizó lo incorrecto? El desencanto de Somerset tiene total asidero luego de conocer las escenas finales. ¿Hasta dónde ha llegado la maldad? ¿Somos todos culpables?
Un peliculón.
Una película oscura, densa, maldita. Seven se ubica en un gran sitial dentro de la historia de los thrillers.
7 pecados, 7 culpables. Un sicópata (Kevin Spacey)de escabroso talento tiene de cabeza a los detectives Somerset (Morgan Freeman) que está en su último caso antes de retirarse y de Mills (Brad Pitt), el recién llegado.
El guión es soberbio, no sólo en la trama, sino que en el duelo intelectual que propone entre el sicópata y Somerset, devastador además al decidir al ganador. Fincher por su parte dota de precisión la narración, con mano firme nos entrega impactantes imágenes, necesarias para ir entendiendo la mente del asesino y dejarnos pegado al asiento ansiando saber el desenlace. La edición otorga un ritmo trepidante a la acción sin la necesidad de tener 50 planos por minuto.
Pitt y sobretodo Freeman están sólidos, con una muy buena dinámica, una dupla con la que se podría haber hecho una serie de 100 capítulos.
La veo luego de 18 años y ha envejecido perfecta, la hallo impecable. Fincher se instala desde aquí como uno de los más interesantes directores norteamericanos de su generación, provocador, inteligente, trabajando en pro de la obra. Espero algún día extenderme con su filmografía, pero a modo de resumen, siempre podemos encontrar un cuestionamiento al estilo de vida que llevamos, acá son las palabras del asesino John Doe las que rebotan en Mills y en el espectador. ¿Qué hacer cuando se normalizó lo incorrecto? El desencanto de Somerset tiene total asidero luego de conocer las escenas finales. ¿Hasta dónde ha llegado la maldad? ¿Somos todos culpables?
Un peliculón.
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