Big fish

"Big fish" (2003, Tim Burton)
Debido al reciente fallecimiento de Albert Finney es que me pareció una buena poortunidad para revisar El gran pez, película que no veía desde hace 15 años.
Tim Burton tiene una carrera singular, con altos y bajos, es finalmente un autor que ha tratado de ser fiel a su estilo dentro de Hollywood, haciéndose notar desde sus primeras creaciones. 
Luego de su desquiciada "Beetlejuice" (1988), de sus Batman famosos (1989, 1992), de la belleza de "El joven manos de tijera" (1990), de ganarse el respeto de la crítica con "Ed Wood" (1994), de su friki "Mars Attacks!" (1996), de la entretenida y oscura "Sleepy Hollow" (1999), y finalmente, de su desastrozo remake de "El planeta de los simios" (2001), aparece "El gran pez", un film que se le vuelve muy personal, una defensa de su cine, que podría emparentarse o complementar lo hecho en "Ed Wood", una forma también de reconocerse como un contador de historias.

Personalmente, creo que es "Ed Wood" la gran obra de Burton, su honesta declaración de amor al cine, y valoro también "Edward Scissorhands", su lírica versión del monstruo de Frankenstein.
Big Fish, a pesar que sostengo que la idea es mejor al resultado, tiene su encanto y me emociona, y me pareció interesante escribir sobre ella.

El viejo Ed Bloom (Albert Finney) cuenta increíbles historias de su juventud, historias extrañas, tanto de amor como de misterio y terror, todo lo que cuenta está adornado con un aire de fantasía, su carisma genera que todos lo quieran, respeten y adoren su capacidad fabuladora, excepto su hijo Will (Billy Crudup), quien está cansado de escuchar estos cuentos donde no puede hallar los reales acontecimientos. Por lo mismo, cuando la salud de Ed empeora y se espera su pronta muerte, Will vuelve a su hogar junto a su esposa Josephine (Marion Cotillard) para desentrañar las verdaderas historias de su padre.
La película cuenta este drama familiar plagado de estas historias que cuenta Ed sobre su juventud, un Ed Bloom joven (Ewan McGregor) obstinado y despreocupado por las consecuencias de sus actos. Cuentos biográficos dispares, algunos más entretenidos o simbólicos que otros, van dando el tono necesario para contrastar el mundo real en que habita su hijo Will y que hacia el final hallarán cierto cruce narrativo y, por supuesto emotivo, de hecho ese es el logro mayor del film.
Esta película fue pensada inicialmente para que la dirigiera Spielberg y la interpretara Jack Nicholson, creo que para mejor la tomó finalmente Burton, que aunque es menos talentoso que Spielberg en materia cinematográfica, pareciera que era la película que debía hacer en ese momento, sobretodo si consideramos que toma este proyecto luego de la muerte de su padre.
Efectiva e inspirada es la partitura de Danny Elfman. La interpretación de Finney está notable, y debe ser de las actuaciones más recordadas de este actor, también destaco el personaje de Sandra Bloom (Jessica Lange) como pareja totalmente enamorada y apañadora de Ed, entrando en sus juegos, como se ve en una de las más bellas, sencillas y emotivas escenas de la película, al acompañar en la tina a su esposo quien, se presiente, pronto irá al patio de los callaos.
Mientras unos la aman, otros la hallan sobrevalorada. El gran Pez es una película simple, pero busca y encuentra ahí su virtud, pues es honesta y trata finalmente de algo muy relevante, que es el oficio de narrar historias, así como lo hacen los escritores, dramaturgos y por supuesto cineastas. Big Fish es también Tim Burton , al defender el hecho de que las historias no tienen por qué ser fieles a la realidad. 
Que existan películas de superhéroes voladores, monstruos y extraterrestres, gente que haga coreografías mientras camina por la calle, que el tiempo se haga más lento, y a la vez se comprima en un par de horas, que el cine reduzca y a la vez engrandezca un relato con colores y sonidos nos es necesario. Con las películas nos situamos en otros lugares, en otros pellejos. Y para nosotros, la mayoría de los simples mortales, se aloja ahí, en el fondo, una realidad más fuerte, más dura, muchas veces más fome, por eso queremos ver aquellas historias, finalmente nuestras historias, tratadas con cariño, con alegorías, pues se nota cuando el corazón retumba desde la pantalla hasta hacer eco en nuestro interior.

Will Bloom reflexiona finalmente "Un hombre cuenta sus historias tantas veces que se convierte en ellas. Éstas le sobreviven y, de esa manera, se convierte en inmortal." Quizás inmortal es mucho decir, pero todos trascendemos en forma de historias, una foto de nuestro abuelo a quien no conocimos será transformada en una historia épica, un pañuelo guardado en un baúl será otra historia de amor que será adornada a nuestro antojo. Nosotros mismos seremos nombrados en anécdotas de brindis que cada vez se alejarán más de "la verdad", aunque insisto, es ese manoseo del relato el que deja las entrañas al aire, la verdad se puede encontrar con el disfraz de gigantes, brujas y circos. No hay que tenerle miedo a nuestro Gran Pez, aquel que se escabulle, pero nos pasa a saludar para recordarnos lo que somos y no somos, y que si hay magia, esta existe en nuestra capacidad de entretener con estilo y de jugar a perdurar. Por eso también vemos películas.





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