M

"M - Eine Stadt sucht einen Mörder" (1931, Fritz Lang)
"M", también llamada como "El vampiro de Düsseldorf", es una de las más reconocidas obras del director alemán, la cual posee méritos históricos al ser una de las primeras películas que entendió el sonido como un elemento narrativo y parte del lenguaje cinematográfico. Además instala en el Cine a un personaje icónico en el mundo de los asesinos seriales.
La historia trata en inicio sobre la desaparición permanente de niños, conocemos al psicópata Hans Beckert (Peter Lorre) y sus métodos de rapto, luego se observa la paranoia colectiva y la necesidad de hallar culpables, finalmente la persecución y juicio final al acusado.
Lang mueve la cámara con destreza, es cosa de ver un notable y arriesgado plano secuencia de 2:30 min mostrando diversos quehaceres de personajes anónimos.
Hay bastantes juegos sonoros fuera de campo, uso de silencios y además es el sonido y la música elemento indispensable en la trama. Es muy simbólico que justamente sea con la ayuda de un ciego y la melodía de Grieg, la manera en que hallan al asesino. Existen imágenes y secuencias memorables, como la aparición de la sombra del asesino ante la niña que juega con su pelota, la marca de tiza de la letra M en su espalda, o esa forzada sonrisa frente a su espejo. La lectura de la recompensa o el montaje en paralelo de los planes de la policía y los maleantes, son secuencias muy originales para una época en que recién se estaba acostumbrando a dejar de leer intertítulos.
Personalmente ya no me impactó tanto como mi primer visionado quince años atrás. Al verla en estos tiempos se intensifican sus aportes y aciertos, pero también se evidencian segmentos de irrelevancia narrativa que pueden conducir la película a un desinterés del espectador, además las actuaciones son algo exageradas, propias de la herencia del cine mudo. De todas formas es indesmentible su influencia en géneros como el cine negro, el thriller y el terror psicológico. La maldad sin razón sería finalmente una de las características más atractivas de los villanos en las películas: Jack Torrance, Anton Chigurh, Alex DeLarge, Hannibal Lecter, Patrick Bateman, Mr. Blonde, el Joker, etc.
Además de su interesante aporte en el lenguaje audiovisual, la película empuja la película a una pregunta que debe responder el espectador. Existe un final abierto donde se cuestiona la efectividad y procedencia de la Ley, los términos de Justicia y finalmente la pena de muerte. Son preguntas pertinentes en toda época, más aún si contextualizamos que fue realizada en pleno crecimiento del nazismo. La paranoia se apoderaría de la sociedad y la violencia, el castigo, la verdad, serían términos que se volverían más difusos con el correr de los años.
Algo tan terrible como matar a un niño ya no sería tan terrible para algunos. Y el mismo Fritz Lang huiría un año mas tarde de la Alemania nazi por ser de origen judío.


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