El gabinete del doctor Caligari

El gabinete del doctor Caligari

En la pequeña ciudad de Holstenwall, en el norte de Alemania, una serie de asesinatos apuntan a un sonámbulo, Cesare (Veidt) y al amargado doctor Caligari (Krauss), que lo maneja a su antojo. Todos estos acontecimientos están narrados por Francis (Feher), pero no sabemos si es una historia real o no. El director Robert Wiene sustituyó a Fritz Lang, cuya introducción del encuadre inclinado de Francis transformó aquel cuento contra el autoritarismo en algo sorprendente. Desde las primeras escenas de la película queda claro que Holstenwall es un lugar extraño, lleno de edificios apiñados e imposiblemente asimétricos, con perspectivas forzadas, fuertes constrastes entre el blanco y negro y unos ciudadanos con abigarrado maquillaje. El estilo expresionista del largometraje se inspiró en el teatro alemán de la época, pero como ocurre con tantas otras innovaciones, la verdadera causa fue el dinero. Como consecuencia de la recesión que siguió a la primera guerra mundial, la productora no disponía de dinero suficiente para construir decorados reales, pero los que diseñaron Hermann Warm, Walter Röhrig y Walter Reinmann encajaron a la perfección con la naturaleza desquiciada de los acontecimientos que narraba la historia.
El expresionismo no tardó en florecer: ese mismo año, Paul Wegener y Carl Boese dirigieron El Golem, al que siguieron otros ejemplos expresionistas como Las tres luces (1921, Fritz Lang), Nosferatu (1922, F.W. Murnau) y El hombre de las figuras de cera (1924, Paul Leni). En las siguientes dos décadas, la complicada situación política hizo que los artistas del cine alemán se trasladaran a Estados Unidos, donde el expresionismo se convirtió en una fuerte influencia del cine negro.

- Extraído del texto de David Stratton que aparece en el libro "Momentos clave. 100 años de Cine" -



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