Marilyn


Una vez pasé por afuera de la Casa Central de la U de Chile que estaba en toma. Como suele ocurrir en estos actos, afuera se llenó de jipis mercanchifles.
Me detuve frente a un puesto a mirar libros y entremedio apareció esta postal de Marilyn Monroe, una imagen que nunca había visto. Disculpen mi poca originalidad, pero me encanta ella, aunque obviamente no llegué a conocerla más que por sus fotos y películas.
Pregunté el precio, regateé, iba a declinar, pero al dar vuelta la postal vi la curiosa dedicatoria, creada quizás sólo como una jugarreta de la pareja de Jaime, o el autoengaño de un tipo solitario como lo era el Sr. Araya, o a lo mejor alguien le quiso pasar gato por liebre, o tal vez una doble de cabaret, que intercambiaba su "i" por "y", tenía esas postales para regalar a sus ocasionales fans nocturnos.
Independiente del origen, burlesco o no, de la dedicatoria, creo que esta postal valía la luca que me costó. Y ahora se encuentra pegada en la pared de mi hogar, aguardando conocer a un Jaime Araya que venere a Marylin.




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