Caché

"Cache" (2005, Michael Haneke) Perturbadora, aunque no tan terrorífica como la increíble "Funny games" (1997), más bien elegante en sus múltiples lecturas. Haneke es un verdadero provocador. El acomodado e intelectual matrimonio conformado por Georges (Daniel Auteuil) y Anne (Juliette Binoche) comienzan a recibir grabaciones de la fachada de su casa y de lugares de la infancia de Georges quien recuerda sucesos con el niño Majid; esto genera una crisis familiar sobre las confianzas. La intriga nos lleva a un momento de impactante crudeza que sumado a una curiosa escena final deja las preguntas en el espectador hasta más allá de los créditos finales. Lo evidente es la crítica constante que Haneke propicia a una clase aburguesada, de bondad aparente, y que en verdad esconde mucho para poder convivir. La forma en que está filmada es aparentemente simple, los tiros de cámara son frontales y distantes y se parecen a las cintas que llegan a la casa, esa es la primera pista a algo que la película quisiera decirnos. Con la escena final podríamos deducir que los creadores de las cintas son los hijos de Georges y Majid, pero conociendo la astucia de Haneke podría interpretarse también que las cintas son creadas por el mismo director quien se las envía a esta familia para que muestren lo peor de si, un juego siniestro entre el creador y sus personajes. Una lectura importante y que no anula el juego anterior, es la alegoría del conflicto entre Francia y Argelia. Hay dos escenas que no son casuales y que exponen el enfrentamiento del primer y el tercer mundo, el incidente con el joven en bicicleta que despierta por primera vez la prepotencia de Georges y luego las imágenes del noticiero en T. Georges y Majid no se ven hace unos 40 años, un período similar a la independencia de Argelia de los franceses (en el año que se realizó el film), Francia olvida su pasado imperialista, aunque el pueblo argelino aún lo recuerda con dolor. Haneke trabaja en diversas capas, pero por sobretodo es sólido en su manipulación al espectador, nos conduce y nos pierde, nos remece y nos interroga.