Viridiana

"Viridiana" (1961, Luis Buñuel)

Buñuel, ya hace años instalado en México, vuelve a su tierra natal a grabar una adaptación de la novela Halma de Benito Pérez Galdós. Su provocador trabajo acaba siendo censurado en España e Italia, aunque gana la Palma de Oro en Cannes. Silvia Pinal con su marido, el productor Alatriste, logran llevarse una copia a México luego que los franquistas ordenaran la destrucción de la película.

La trama es sobre Viridiana (Silvia Pinal), una novicia de convento que debe ir a visitar a su tío Jaime (Fernando Rey) quien le ha pagado sus estudios. Una vez instalada en la casona su tío se le insinúa y le pide matrimonio, como ella se niega, la dopa y la engaña diciendo que la violó y por lo tanto ya no es pura y no puede volver al convento. Acá la historia toma un giro que provoca que Viridiana continúe en la casona decidiendo llevar a mendigos a habitar en la hacienda, aparece entonces Jorge (Francisco Rabal), hijo lejano de Don Jaime, que provoca una nueva tensión al interior de la casa al cuestionar los actos de beneficencia de Viridiana.

Esta historia de aparente simpleza narrativa, y que parte como un melodrama, adquiere fuerza en su simbolismo y en los detalles sombríos de los personajes. Buñuel cruza símbolos sexuales y cristianos sin pudor. Expone por un lado la hipocresía cristiana y, por otro, los actos de caridad estrellándose con la realidad, pues los pobres no cumplen con el ideal cristiano de elegidos de Dios.

Se continúa de alguna forma lo que ocurría con Nazarín al preguntarse qué ocurriría si Cristo pisase la tierra actualmente, o hasta qué punto se podrían llevar a cabo los buenos actos cristianos. Obviamente la respuesta de Buñuel no es muy optimista.

Mítica se vuelve la escena que generó que la película fuera tratada de blasfema, la fiesta que realizan los mendigos al quedar solos, emulando incluso la imagen de "La última cena" de Da Vinci en su estado más miserable.

Una de las tantas obras destacadas de Buñuel. Molestosa, sutil y concisa.