Edwin S. Porter


La carrera como director de Edwin S. Porter, uno de los primeros magnates del cine, solo duró unos pocos años, y sus películas no superaban los diez minutos, pero fue un auténtico pionero de la realización.
Su actividad discurrió en la primera infancia del cine, cuando la técnica era primitiva. La realización de La cabaña del Tío Tom (1903) es un ejemplo de utilización de la cámara como simple espectador de una función. Con el tiempo, las películas empezaron a moverse de verdad, hasta llegar a lo que son ahora.
Su película de acción La vida de un bombero americano (1903), con un ardiente climax, parecía ser la primera en utilizar los contraplanos para alternar dos puntos de vista diferentes. Los historiadores de cine se apresuraron a ungir a Porter como padre del montaje... hasta que una copia inalterada de este filme reveló que Porter lo había vuelto a montar posteriormente para demostrar que había sido el primero. Lo irónico es que el director no necesitaba pruebas manipuladas para reivindicarse: en obras primitivas suyas como Asalto y robo al tren (1903), el primer western y la primera película con algo de auténtico suspense, ya había demostrado una precoz comprensión del espacio cinematográfico. Porter empezó como humilde proyeccionista en la empresa cinematográfica de Thomas Edison, la Edison Manufacturing Company, donde ascendió con rapidez a cámara, director y, finalmente, jefe de toda la producción. Gracias a este éxito, creó su propia productora en 1909, pero la vendió pocos años después para asociarse con Adolph Zukor en el nuevo estudio Famous Players. Posteriormente, Edwin S. Porter dejó el negocio del cine para regresar a sus raíces de la maquinaria, fundando Precision Motor Company.


- del texto de David Kalat en el libro "501 Directores de Cine" -


Comentarios

Entradas populares de este blog

Emborráchense

Lucho Awards 2022: Libros

Los anárquicos reyes, los descarriados magos