Toro salvaje

"Raging bull" (1980, Martin Scorsese)

Uno de los clásicos del cine norteamericano y pugilístico. La historia de ascenso y caída del boxeador norteamericano Jake LaMotta, su vida adentro y afuera del ring interpretado por un tremendo Robert de Niro que subió casi 30 kilos para las escenas finales y secundado por un eficaz Joe Pesci como el hermano y manager.

Una bestia en el cuadrilátero que aguantaba los golpes, pero no caía, un celópata que acaba alejando a los únicos que lo quisieron, su hermano y su esposa (Cathy Moriarty).

De Niro convence a Scorsese de llevar al celuloide el nuevo guión de Paul Schrader, luego de una etapa de excesos del director que lo llevaría incluso al hospital. Se suma la fotografía de Michael Chapman (esta es la única película de ficción en blanco y negro de Scorsese). Y la excelente tarea de la montajista Thelma Schoonmaker con quien el director continúa trabajando hasta el día de hoy.

Scorsese decidió realizar este film en blanco y negro, donde sudor, agua y sangre cuesta diferenciarlos en pantalla. La fotografía y la música ayudan a darle un tono melancólico y poético, a una vida a ratos miserable, a ratos esplendorosa. El triunfo y la derrota como términos difusos en la vida real y el cuerpo como lugar de sacrificio. La Motta se vuelve el reflejo de un director que venía renaciendo luego de su fracaso en taquilla de "New York, New York" (1977) posterior a ganar Cannes con "Taxi driver" (1976).

Scorsese dominando el lenguaje cinematográfico nos hace sentir el ring, los golpes, los flashes, los silencios. Con cámara lenta, tomas subjetivas, picados y contrapicados y la estilización de ciertos detalles, "Toro Salvaje" es una obra que indaga en los conflictos internos del protagonista, su soledad, su furia, su irracionalidad. La furia del Toro del Bronx se termina desatando sobre él mismo, y como se repite en la filmografía de Scorsese, existe una redención espiritual que podemos ver cuando ya con muchos años y kilos más, LaMotta en su camarín le parafrasea al espejo unas líneas de Terry Malloy, el personaje que hiciera Marlon Brando en "On the Waterfront" (1954). 

Una de mis Top 5 de Scorsese.