Perdidos en Tokio

 Lost in Translation (2003, Sofía Coppola)

En un hotel de Tokio se genera una curiosa, pero necesaria amistad. La joven Charlotte (Scarlett Johansson) pasa sus días sola mientras su marido fotógrafo trabaja. Bob Harris (Bill Murray) es un actor famoso ya maduro que ha viajado para grabar la publicidad de un Whisky, lleva 25 años de matrimonio. Ambos son estadounideneses. Es en este clima de añoranza y aislamiento idiomático que ambos entablan un vínculo que los ayuda a ahuyentar el hastío y la incomodidad.

Luego del buen recibimiento de su ópera prima "Las vírgenes suicidas" (1999), la directora arma esta historia con una mirada muy personal sobre la capital nipona. Creando un guión de personajes en crisis, que retrata en parte su experiencia previa a la separación con su ex pareja, el director Spike Jonze (quien una década después le respondiera con "Her" (2013)). Intercala muchos sketch que dan cuento del choque cultural y que sirven para alivianar el drama interno que cargan sus personajes. Todo esto de manera pausada y cotidiana. 

Con "Perdidos en Tokio" Coppola logró el reconocimiento internacional junto con ensalzar el talento de su elenco. Murray está en uno de sus mejores papeles y Johansson se posiciona acá como una estrella internacional, pues hasta ese momento no era tan conocida. 

Cuando millones de personas no hablan tu idioma ni tienen tus códigos, un simple gesto o un chiste puede crear un lazo de amistad, de amor, con otro náufrago a la deriva. Esta película extrema esta sensación de incomprensión, pero aquellas piezas de hotel están en todas partes. Las urbes están llenas de gente solitaria dispuesta a hallar a alguien que los ayude a encontrarse a sí mismos. Bares y karaokes son naciones de soledad.

El final queda a la interpretación de cada espectador al no saber exactamente qué es lo que dice Bob a Charlotte. Muchos creen que le dice un lugar donde se volverán a ver, pero a mi parecer ambos saben que aquella historia no tiene sentido más allá de ese lugar y de esos días, así que prefiero imaginar que sus palabras son de agradecimiento: "Recordaré este romance como el que me devolvió el amor por la vida, por absurda que esta sea. Gracias. Sé que estarás bien. Me despido con un beso."



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