The Florida Project

The Florida Project (2017, Sean Baker)


The Magic Castle es un hotel de segunda categoría que se ubica en las cercanías de Disney World, dependiendo, al igual que todo el comercio de la zona, del movimiento que genera este centro turístico. La película nos muestra a los habitantes de este hotel, concentrándose principalmente en la descriteriada Halley (Bria Vinaite) y su traviesa hija Moonee (Brooklynn Prince) quien se la pasa realizando fechorías con sus amiguitos. Otro personaje importante es Bobby (Willem Dafoe), el gerente del hotel que trata de mantener cierta armonía en el lugar interactuando con cada uno de los outsiders que ahí pululan.

Sean Baker pasa al 35mm luego de hacer una película con un iPhone, "Tangerine" (2015). Su mirada es infantil, tanto por la ubicación de la cámara como por su fotografía colorida, a pesar de estar sumergidos en un mundo decadente al borde de la marginalidad.

El patio trasero de Disney es mostrado con cruda belleza. Y este contraste es relevante para entender la dura crítica que el director realiza. Las actuaciones están geniales y el guión muy inteligente y sutil, pues no juzga a sus personajes, sino que al sistema donde están inmersos. Habitantes olvidados por Hollywood, una Norteamérica oculta que a veces aparece gracias a películas independientes como esta y que nos ayudan a entender fenómenos como la elección de Trump.

El film se construye en un inicio como una compilación de sucesos y anécdotas aparentemente irrelevantes, el drama se va presentando poco a poco, exhibiendo la situación del áspero mundo adulto. Entendemos que Halley está lejos de ser una madre ideal, pero también sabemos que ama a su hija, una Monee con una adorable capacidad manipuladora, aunque a ratos insoportable.

Una de las grandes películas norteamericanas de los últimos años. Muy recomendable.


SPOILER!

El desenlace de la trama es un suceso inevitable y doloroso en el que sabemos cambiará para siempre la vida de la pequeña Moonee. El film no propone culpar ni perdonar, sino comprender el porqué de las malas decisiones que puede tomar alguien que no sabe si podrá llegar a fin de mes teniendo repercusiones en los niños que crecen en este entorno lleno de riesgos.

La secuencia final, grabada sin permiso dentro de Disney World con un iPhone, es anárquico en su forma y demoledor en su significado. Nos muestra como este mundo virtual, de fantasía, el mundo de las princesas, el sueño americano, es el refugio falso ante la pobreza y la incomprensión de una gran parte de la sociedad. La mayoría sólo puede habitar un lugar pintado de fucsia emulando un castillo, disfrutando de lejos el espectáculo de fuegos artificiales, pero sobrevive haciendo perro muerto e incendiando el abandono.


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