The Act of Killing

 The Act of Killing (2012, Joshua Oppenheimer)

Desde 1965, entre medio millón y un millón de muertos, por lo bajo, fue la masacre llevada a cabo en Indonesia por grupos paramilitares y sicarios contra cualquier adherente al comunismo, fue sin juicios ni piedad: torturas, quemas de casas, violaciones a mujeres y niñas. La llegada de la democracia décadas después, no generó perdón ni castigo, pues se siguió con una ideología anticomunista y oficialmente se recuerda a quienes perpetraron las muertes como unos héroes salvadores del país.

El equipo de grabación comandado por Oppenheimer había juntado información y recabado testimonios entre las víctimas, pero había mucho temor y amenazas debido a que los asesinos siguen caminando prepotente y libremente por las calles con un respaldo institucional. Deciden entonces proponerles a estos sicarios que ellos cuenten su testimonio donde además se recreen  sus criminales métodos. Es así como nos enfrentamos a relatos y conversaciones escalofriantes, haciendo burla y gala de su eficiencia matarife. 

Con los créditos repletos de "Anonymous", por miedo a posibles represalias, este documental producido por Werner Herzog y Errol Morris nos cuenta en un juego grotesco de representación, sobre aquellos años dictatoriales y sus eficientes formas de exterminio. Los asesinos van a la televisión a presumir de su poder y crueldad y pareciera no haber atisbo de culpa. Aunque a medida que el film avanza, el protagonista Anwar Congo, un verdadero psicópata que le muestra escenas de tortura a sus pequeños nietos, comienza a experimentar cierto malestar, tiene pesadillas y reflexiona sobre lo que tal vez sufrieron quienes fueron torturados. Pareciera que por primera vez se hiciera esa pregunta con un mínimo ejercicio de empatía. 

Una de las obras más crudas de este siglo. Una película digna de ver, pero que no dan ganas de revisar por lo menos por un tiempo.

La vida en un alambre.

El final es memorable: asco y patetismo.