Victor Sjöström

Comenzó en la industria del cine sueco como actor, luego se convirtió en director. Junto con Mauritz Stiller, fue una figura clave en el florecimiento del cine nórdico. En "Los proscritos" (1918), estableció uno de los rasgos más importantes de su visión poética, el descubrimiento de la naturaleza: el paisaje no solo forma parte integral de la belleza pictórica de la película, sino que aporta un esclarecedor contexto dramático a las acciones de los personajes.

En 1924, Sjöström se trasladó a Estados Unidos, donde dirigió "He Who Gets Slapped" (1924), la historia de un payaso narrada con una brillante combinación de ternura y crueldad, sinceridad emocional, patetismo grotesco e ironía. Lillian Gish protagonizaría dos de sus películas más importantes: "The scarlett letter" (1926) y "The wind" (1928). Esta última representa la culminación de la imaginación dramática de Sjöström: la naturaleza refleja y encarna las vidas interiores de los personajes. En último término, la fuerza de "The wind" se basa en la elemental puesta en escena del director. Su última película como director fue en 1937, pero siguió actuando y resultó conmovedora su interpretación de un anciano profesor en "Fresas salvajes" (1957) de Ingmar Bergman.


- extracto del texto de Alexander Becanovic del libro "501 Directores de Cine" -



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