Hay hombres que nunca partirán
Hay hombres que nunca partirán
y se les ve en los ojos,
pues uno recuerda sus ojos muchos años después de que han partido.
Pueden estar lejanos,
pueden aparecer a medianoche
(si están muertos)
y jugar a que viven.
Pero siempre, con la desolación de su ausencia,
uno comprende que no han vivido en vano,
y que su esperanza
es la única esperanza digna de ser vivida.
Y los hombres que nunca partirán
suelen no aparecer en los periódicos,
no se habla de ellos en las radios,
su imagen no gesticula en la televisión:
no son gente importante,
no circulan entre las altas esferas.
Son aquellos
que aceptaron el sufrimiento
y lo hicieron suyo para la salvación de otros hombres
sin decir una sola palabra:
pero dejaron abiertos, bien abiertos sus ojos
para que nunca los olvidemos cuando ellos hayan partido.
- poema de Miguel Arteche (foto) de "Destierros y tinieblas" (1999) que aparece en el libro compilatorio "Viven [periplo por los poetas de Chile]" (2002). Compilado por Roberto Henríquez y con fotografías de Cristián Ureta Schmidt -
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