La vieja tienda abandonada en la aldea

Soy los últimos saldos del apellido polvoriento y la vieja tienda abandonada en la aldea.

el atroz diploma del muerto y su azahar espantoso,

el espantoso catre de bronce, manoseado en los embargos de la casa vacía, 

y el rifle y el álbum y el sable funeral de «los venidos a menos»,

el coronel, polvoroso y derruido, entre sillas de Viena, reumáticas, 

el terrible piano, tan negro de óperas, en el cual falleció la señorita tuberculosa, que escupía poesía,

el honor de las familias alimentadas con antiguos huesos de jubilación y deudas,

la violeta de la miseria, que crece debajo de los antepasados,

echándose versos de tiempo en la carita,

el bastón del siútico, cuando suena a canilla de tinterillo moribundo,

el novio de la niña antigua, florida en su caja de sardinas, en la cual hay una maleta de viaje,

lo pretérito del petróleo subterráneo o del funeral glorioso...


- Extracto de "Morfología del espanto" (1942) de Pablo de Rokha -


*Oleo sobre tela "La Miseria" (1886) de Cristóbal Rojas







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