Tiahuanaco

 Un santuario o una ciudad habitada por hombres santos. No se sabe. Ruinas que dejan por misterio quién las construyó. Hombres y mujeres antepasados de cualquiera, que sin saber si por migración o matanza, han desaparecido de la historia.. Sólo se sabe que en un momento existieron, y al siguiente ya no. Es como si hubieran hecho un éxodo a otra parte, dejando su Obra abandonada, pero han desaparecido en el camino. O es como si los dioses hubiesen bajado a la tierra para hacer una batalla a muerte entre los templos, y la victoria del combate ha tenido por logro la pérdida de todos sus creyentes.


La respuesta está en un idioma ya olvidado; mensajes pulidos en unas cuantas rocas, que son hasta ahora el mejor puzzle para generaciones de antropólogos. Códigos puestos como oraciones en un altar de sacrificios para dioses muertos. Por ahora, sólo se tiene por respuesta historias inventadas muchos años después, repetidas hasta ser verdad en la cara de los turistas, que sonríen y toman fotografías, como si realmente el nombre de todo esto fuera Tiahuanaco.


- del libro "Caldo de Cardán" (2013) de Carlos Cardani Parra -




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