El castillo ambulante

 Hauru no ugoku shiro [El castillo ambulante] (2004, Hayao Miyazaki)


Luego del tremendo éxito internacional de El viaje de Chihiro, el director Hayao Miyazaki se hace cargo de la adaptación del libro de la inglesa Diana Wynne Jones, que en principio comandaría el director Mamoru Hosoda, pero que abandonó por diferencias con el Estudio Ghibli.

Una historia sobre guerras y brujos que tiene puesto su énfasis en el viaje emocional y simbólico más que que en su línea narrativa. Sofi, una joven insegura que trabaja haciendo sombreros sufre una hechicería por parte de una bruja que tiene un duelo constante con el joven, apuesto y vanidoso mago Hauru (Howl), Sofi toma la apariencia de una anciana y durante la película trata de librarse de ese hechizo mientras trabaja aseando y cuidando la casa de Howl. Van a apareciendo otros personajes como el Espantapájaros (Cabeza de nabo) y el Fuego (Calcifer). En medio de una guerra el amor parece ser el antídoto.

Sigo creyendo que, así como ocurre con Pixar, las películas de Pixar son más para los adultos que para los niños. Efecto Principito.
Un cuento de hadas, pero más hermético y alegórico de lo que se acostumbra en una historia para infantes. Es un bellísimo trabajo, técnicamente impecable, los paisajes, el diseño de personajes, los temas musicales de Joe Hisaichi. La escena del encuentro de los protagonistas cuando vuelan por la ciudad es realmente mágico y emocionante.

¿La guerra te transforma en un monstruo aún cuando creas estar del lado de los buenos? ¿Calcifer es acaso el amor? ¿Es el silencio una virtud o un castigo?
Las respuesta a esas y otras preguntas no las entrega la película, pues son preguntas al espectador. Y creo que siempre el arte de las preguntas es mejor que el arte de las respuestas. Se vuelven obras abiertas, que pueden volver a verse. Es finalmente una de las delicadezas del cine de Miyazaki.


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