Go West

 


Go West (1925, Buster Keaton)

Un hombre con ropa del oeste, un pañuelo al cuello y un sombrero plano se asoma por una esquina. Se inclina hacia adelante. El viento le vuela el sombrero. En un solo movimiento, agarra el sombrero y vuelve a ponérselo.

Aquí tenemos, en sólo unos pocos segundos, el genio de Buster Keaton. Desde luego no es su actuación más espectacular, pero, al igual que hizo en la escena de la valla de Cops (1922) o Steamboat Bill (1928), demuestra el absoluto control que tenía sobre su cuerpo.

Sólo mueve un brazo. El modo en que éste parece tener vida propia, pues se adelanta a la desaparición del sombrero y lo recupera antes incluso de que el resto del cuerpo se de cuenta siquiera de la pérdida, es la esencia de la comedia de Keaton.

En la pantalla, el gag parece completamente espontáneo: da la sensación de que a Keaton se le voló el sombrero durante el rodaje y dio la casualidad de que la cámara pudo atrapar el momento. Es también una prueba del talento de Keaton como director, que consigue que lo extraordinario parezca normal, y eso sin duda lo hace aún más extraordinario. El argumento de la película no gira en torno al virtuosismo de Keaton, sino que es la historia de un personaje que busca una vaca a la que debe cuidar. Pero si examinamos detenidamente la escena, vemos que Keaton apoya el brazo en la pierna, preparándose para inclinarse y, suponemos, meterse en la trayectoria de una máquina de viento. Estaba preparado para la escena. La genialidad requiere trabajo y preparación. Otra lección que aprendemos de Keaton.


- texto de Gregg Rickman que aparece en el libro "Momentos clave. 100 años de Cine" -


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