Tod Browning

Tod Browning (1882-1962)

A los 16 años Tod Browning se enamoró del circo y dejó a su familia de clase media para trabajar de payaso en ferias y espectáculos circenses y de variedades. Esta fascinación por lo fantástico influiría en su estilo de dirigir películas de terror. Tras ser director de un teatro de variedades, donde conoció a D.W. Griffith, empezó a trabajar como actor en películas mudas. Entre 1913 y 1919 actuó en más de 50 filmes. Mientras tanto debutó como director con "By the sun's rays" (1914).

Tod Browning fue el arquitecto indiscutible del cine del terror moderno. Su versión de "Drácula" (1931), con Bela Lugosi, se convirtió en modelo para todas las películas de terror que la siguieron. Aunque tiene algunas partes planas y ciertos problemas estructurales, como el abrupto final que parece hecho para satisfacer las limitaciones de duración, es la primera película de terror que incluye todos los elementos del género. Y sigue siendo una obra curiosamente extraña, con una sensación de pesadilla de ultratumba, gracias a la estilizada actuación de Lugosi y a la dirección de Browning. En los macabros melodramas mudos que este había creado previamente estaban muchos de los elementos de Drácula. Aunque sólo unos pocos se pueden considerar estrictamente de terror, muchos contienen elementos del género, como el gorila amaestrado en "The Unholy Three" (1925) y la iguana venenosa en "The Show" (1927). También hay en aquellas películas una tendencia a representar deformidades físicas y una fascinación casi sádica con el dolor.

Pero por encima de todo está la habilidad de Browning para crear una atmósfera malsana casi tangible. Es este asombroso talento el que da a Drácula su grandeza. Tomados aisladamente, los toques de Browning (bichos que se arrastran, nieblas inexplicables y silencios prolongados) parecen casi estúpidos, pero en conjunto son inquietantes.

Una sensación similar impregna "Freaks" (1932), su obra maestra, y "Mark of the Vampire" (1935), remake injustamente olvidado de su película muda perdida La casa de horror. Es posible que Browning tenga más estilo que sustancia, pero sigue fascinando e inquietando.

- del texto de Ken Hanke del libro "501 Directores de Cine" -