The High Sign

Las últimas películas de Arbuckle junto a Buster Keaton mostraron la influencia que ejercía en él la sutileza cómica de Keaton, pero la altura a la que llegó dicha sutileza en "The High Sign" es sencillamente impresionante. Keaton no imita a nadie, ni busca su personaje. La película está llena de situaciones a menudo absurdas, rayanas en el surrealismo, que definen ya el estilo inconfundible de Keaton. Quizá lo más destacable sea su sentido de la estructura, la intrincada construcción de los gags y los temas que resuenan de una secuencia a otra, incluso de un rollo a otro. EL clímax de la obra es una impresionante persecución por cuatro habitaciones de los dos pisos de una casa que, hacia el final, vemos sin fachada para poder seguir la trepidante acción sin corte alguno.

Ni Keaton ni nadie ha explicado nunca por qué no se sintió satisfecho con la película (después de rodarla en 1920, exigió que se almacenara y no pudo estrenarse hasta abril de 1921; para entonces, Keaton ya había ganado popularidad en magníficos cortometrajes como "One Week" o "Neighbors"). Tampoco vemos motivo alguno por el que hubiera podido quedar insatisfecho por el resultado. La teoría de Rudy Blesh o de Marlon Meade, dos de los biógrafos de Keaton, de que la película se parecía demasiado a las comedias de Arbuckle nos parece absurda, pues "The High Sig"n está a años luz de cualquier obra de Arbuckle (a excepción, quizá, de alguno de los últimos cortometrajes, en los que se veía la influencia del genial cómico, especialmente en "Backstage", de 1919). En una entrevista de 1954, Keaton describió un gag de la película que no provocó ninguna carcajada en un pase previo al estreno; cuando se redescubrieron los cortos de Keaton y se proyectaron ante el público moderno de 1970, ese mismo gag cosechó las mayores carcajadas de toda la cinta, lo que demuestra que Buster Keaton se había adelantado a su época.

- Texto de Jean-Pierre Coursodon que aparece en el libro "Momentos clave. 100 años de Cine" -